Me llamo Liliana, soy venezolana. Llegué hace nueve meses a Ecuador. Empecé trabajando en los semáforos vendiendo mangas y voceras, luego fui ayudante de cocina y luego me dediqué hacer tortas lo cual desempeñaba antes de empezar la pandemia. Debido a la situación de emergencia, gracias a un compadre y una amiga, aprendí a coser para para poder generar algo de dinero. Inicié con la costura en febrero de este año y estoy emocionada y agradecida con la oportunidad.