Hace un par de semanas, nuestro portafolio de experimentos estaba enfocando sus esfuerzos en la informalidad en el empleo juvenil y los problemas de desechos. Sin embargo, el bloqueo actual debido al aumento de los casos de COVID-19 en Ecuador nos ha obligado a concentrarnos en soluciones de mapeo para adaptarlos e implementarlos en un tiempo récord.
La emergencia de salud es bien conocida y sentida en todo el mundo, pero ¿cuáles son algunas de las particularidades de esta crisis en Ecuador? El país se enfrenta a diversos desafíos, con un sistema de salud pública que cuenta con 1,4 camas hospitalarias por cada 1000 habitantes, por debajo de la tasa media y recomendada de la región.
El bloqueo es una medida efectiva para prevenir la propagación del virus, pero hay sectores que no pueden permitirse el lujo de hacerlo, ya que dependen de sus medios de vida diarios para la supervivencia familiar. Estas son algunas de las condiciones que nos hicieron apresurarnos en la búsqueda de soluciones, por lo que comenzamos mapeando iniciativas ciudadanas para lograr más conectividad y colaboración a pesar del distanciamiento social.
Consulta entre pares
Las soluciones internacionales y nacionales se multiplicaron rápidamente, por lo tanto, las organizamos por categorías como un esfuerzo conjunto con la Red de Laboratorios de Aceleración. Esto se convirtió en una plataforma de intercambio y consulta entre pares donde pudimos recoger ideas y adaptarlas a nuestra situación local.
En tiempos de acumulación y escasez de productos como mascarillas y desinfectantes, vimos cómo espontáneamente la ciudadanía compartió fórmulas caseras y patrones de bricolaje para mascarillas faciales. Por nuestra parte, comenzamos a hablar con organizaciones no gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil involucradas en donaciones de alimentos para mapear colectivamente las ubicaciones de familias vulnerables: recicladores, mujeres embarazadas y madres con bebés menores de un año y familias en comunidades rurales.
Se nos acercaron ciudadanos que querían ayudar, enviar una canasta de alimentos o donar, pero no sabían cómo ni dónde. Rápidamente se hizo evidente que, si bien las grandes donaciones llegaban a los centros de recolección institucionales, la distribución y focalización a las familias vulnerables era un gran desafío. Necesitábamos una forma de conectar orgánicamente las necesidades de la ciudadanía con personas que quieran colaborar, pero ¿cómo?
Colaboración ciudadana
En nuestra búsqueda de soluciones, nos encontramos con una ONG llamada Fundación ‘San Francisco Global’, que recientemente había sido nombrada la contraparte de la sociedad civil de la Presidencia del Gobierno para instituir el primer laboratorio público de innovación en el país como parte del primer Plan de Acción de Gobierno Abierto de Ecuador. La Fundación se había esforzado por adaptar una plataforma de crowdsourcing de código abierto donde la ciudadanía pudiera compartir sus necesidades y encontrar colaboradores. En un abrir y cerrar de ojos, nos asociamos con ellos y comenzamos a codiseñar e imaginar las funcionalidades de esta plataforma de colaboración ciudadana en el transcurso de un fin de semana.
Llamamos conjuntamente a la plataforma ‘Colaboratorio Ciudadano’, un espacio abierto basado en los principios de solidaridad, organización de base y crowdsourcing. Este espacio espera reunir muchas iniciativas que están surgiendo, pero que deben articularse en una sola plataforma. En un momento de confinamiento, esta herramienta tiene el propósito de llegar a la comunidad fuera del perímetro de nuestros hogares.
El ‘Colaboratorio Ciudadano’ incluye un mapa en el que la ciudadanía puede informar sobre sus necesidades y sus ubicaciones geográficas en tiempo real para que otros usuarios se unan y colaboren de diferentes maneras: donando suministros de alimentos, ayudando a su vecino o vecina adultos mayores con los comestibles, intercambiando bienes o servicios o incluso compartir ideas sobre soluciones innovadoras para la crisis de salud.
Inteligencia colectiva
Además, el ‘Colaboratorio’ registra las ubicaciones de pequeñas empresas, productores agrícolas y empresarios para que la ciudadanía pueda comprar localmente y contribuir a sus medios de vida. De hecho, los usuarios podrán donar a un fondo común para que las donaciones de alimentos se puedan adquirir a través de productores locales. También, la ciudadanía tendrá la posibilidad de calificar las iniciativas como un mecanismo de priorización comunal para indicar qué necesidades requieren de una acción urgente: ¡inteligencia colectiva en su máxima expresión!
La información de la plataforma estará disponible al público a través de una sección de transparencia para que la ciudadanía pueda realizar un seguimiento de lo que está sucediendo. En momentos como este donde la información errónea y las llamadas «noticias falsas» abundan, el ‘Colaboratorio’ tendrá una sección informativa con datos oficiales actualizados.
Dentro del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la iniciativa de colaboración no se sostiene por sí sola con el liderazgo del Laboratorio de Aceleración, ya que estamos uniendo esfuerzos con el Área de Desarrollo Económico Inclusivo y Gestión de Riesgos de nuestra oficina de país. Esta unidad trabaja en asociación con el Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversión y Pesca, buscando estrategias de transformación digital para ayudar a las pequeñas empresas a adaptarse a la crisis actual. En este sentido, esperamos publicar los primeros prototipos de esta asociación en la plataforma para atraer más apoyo de ciudadanía y socios.
Estamos buscando más socios para fortalecer nuestro trabajo y plataforma. Por favor, si tiene ideas o referencias para compartir con nosotros, comuníquese con: gabriela.ayala@undp.org o paulina.jimenez@undp.org.